"El circuito de esa EDE parece especialmente perverso:
eliminación de regulaciones sociales, disminución de impuestos a la
gente con mayores recursos, bendición de los paraísos fiscales, la
corrupción y el fraude fiscal, rechazo de todo espacio público y
desprestigio de la política. Desde Reagan a Clinton, desde Schröder a
Merkel, desde Blair a Cameron o desde Aznar a Zapatero, todos parecen
haberse arrodillado ante las exigencias de los mercados. En nombre del
crecimiento ilimitado, dieron su apoyo incondicional a la economía
especulativa desprestigiando la propia política y olvidando qué tipo de
sociedad y qué tipo de progreso estaban potenciando...
Así la EDE se encarga de recordar a quien fomente cualquier
otro valor que no sea el del dinero (esfuerzo, responsabilidad,
honestidad, cultura) que eso de los valores éticos (solidaridad,
generosidad, sensibilidad, empatía) es cosa de ingenuos...
¿Acaso no fue ideológico permitir al mundo financiero la brutal
irresponsabilidad de las hipotecas basura que ha originado esta crisis
mundial? ¿Y las soluciones posteriores a Lehman Brothers? ¿No actúan
ideológicamente las agencias de calificación y los tecnócratas?..."
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